Los poemas de Mattias Tello están hechos de memoria. En sus versos late la nostalgia por un lugar perdido, un hogar que se ha dejado atrás y al cual parece imposible volver. En esta selección inédita del escritor chileno, la voz poética hace eco en su soledad, entre espejismos de lo perdido, atrapada en un reloj de arena en el que se escurren el tiempo y la palabra.
Fotografía por Alvi Tercero.
I
Aquí estoy yo, Mattias Tello, pleonasmo del fracaso,
Mirando sobre mi propio hombro a una estrella que no termina de nacer,
Habitando la sombra de mi sombra,
Refugiado como un túnel en el mar.
Sin nada más que mi cuerpo,
Sin nada más que mi memoria,
Con la noche a cuestas y el murmullo de mi mente,
Susurrándome la dirección del paraíso.
Haciendo de un epígrafe mi vida entera.
II
Aquí estoy yo, Mattias Tello, el último nombre de una familia invisible,
Y voy, erguido y marchito, a la nada.
Entendiendo la letra como un oráculo,
Mirando en los ojos de la gente perlas que no brillan,
Lanzado hacia una maraña de símbolos que gimen,
Hurtado de ternura
Y de perdón.
III
Aquí estoy yo, Mattias Tello, con el retumbar de un mantra que se repite cien veces,
Nómada de un abismo que llamo casa,
Muerto mil veces por un fusil que cambia de mano,
Desprovisto de cualquier caricia que busque contemplarme,
Solo.
IV
Aquí estoy yo, Mattias Tello, con un fue por garganta,
Escondido en la mano y el verbo que se me escurre,
Escribiendo en mi alma la ausencia que me precede,
Mientras miro al mar,
de Pie.
A lo lejos, el manatí más lindo del mundo me saluda,
Y lo entiendo porque nadie más ve en las nubes ojos color de ocre,
Nadie excepto yo,
Y aquí estoy,
Yo,
Mattias Tello, con una lengua que Dios me dio por afasia.
No debería haber más en mi bolsillo,
que todo lo que tengo,
Y solo tengo un llavero,
Una tarjeta con mi nombre,
Y mi mano,
Que todos los días intenta buscar algo más que todo lo que tengo,
Pero se encuentra vacía,
Como si los fantasmas del mundo confabularan para dejarme solo la noche,
Y algo con qué escarbarla.
La primera vez que hablé dije:
Serán mías estas flores, será mía esta muerte
Como si el tiempo no pasara,
Como si estuviera en un tren a la nada.
Afuera había cipreses.
Hoy respiro y digo:
Estas flores son la muerte, mío será Marte.
Estoy de pie,
En mis ojos, una sustancia con un niño que crece,
Crece, nace, se avejenta.
Parpadeo con la existencia de esta lluvia que no llueve.
En mis manos están las notas de mi vida,
Cuando alguien las lea,
Digan que en mi nombre hubo una historia,
Yo sigo en medio de la playa,
Por mis pies pasó toda la arena del mundo.
El verso no debe ser más que una diadema coronando el eclipse,
Historiografía en metáfora,
Jaula y bestia,
Corazón,
Océano revolviéndose sobre su vientre,
El tiempo y todo el mundo visto desde afuera.
Debe decirlo todo,
Como represa de la memoria,
Sustancia irreversible sujetada desde lo ajeno
y que se sobrescribe gota a gota.
Ser aquello que se intuye,
Sombra detrás del humo,
Silueta detrás de la ventana.
Lo único que se apiada de mí es esta lámpara vieja
Tiene una luz como ojos de fiebre,
Como cigarra con ojos de montaña
Como brújula hecha de pecas
Como aurora estrellada en las manos del obrero más triste de algún páramo
Esta lámpara vacía no es una lámpara
Es repositorio del verso
Hoy
En la noche más triste de un amigo que cuido de lejos
Donde no hay más que la melancolía de un mantra vuelto silencio
O la tarde que como agua se empoza en mis ojos.
Ay, la vida que se escurre en un contador
Lo intenté
Mi Dios sabe que lo intenté
Esta noche, al menos, lo intenté
Esta noche que es navidad
Con la única compañía que me queda:
Esta lámpara vieja que contrasta un rostro hecho de ocaso
La noche,
La neblina que no es,
Cómo es que se empieza un poema.
Diría alguien:
El sol iluminando los últimos montes yace
Yo diría:
Este perfume no es mío,
Es la noche,
Es la neblina que no es
Mattias Tello (Arica, Chile, 1995).
Profesor, escritor y editor. Ha publicado los libros Tierra Roja (Chile, 2015) y Éramos Tan Felices (Bolivia-Chile, 2017; Ecuador, 2019). Ha participado en diversas instancias del libro como ferias, festivales de poesía y congresos en México, Ecuador, Bolivia, Perú y Chile, tanto como poeta, editor y distribuidor. Sus textos han sido publicados en antologías y revistas físicas y digitales en diversos países de habla hispana e inglesa. Desde el 2014 se desempeña como tallerista de literatura y poesía en instituciones como colegios, escuelas, cárceles, juntas vecinales y universidades.
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