Los poemas de Circe Maia exploran temas universales con una profundidad destacable. A lo largo de su obra, ha indagado en la medida, el cambio y la unidad en la multiplicidad, invitando a contemplar la fugacidad de la vida y la transformación del mundo. Esta selección de su poesía completa incluye algunos de sus primeros poemas, escritos cuando aún era una niña, en los que logra capturar la esencia de la vida y las emociones humanas con precisión y elegancia.
Fotografía por Alvi Tercero.
Plumitas (1944)
La muerte
¿Qué es la muerte?
¿Es acaso el manto negro
que cubre los horizontes
de la vida?
¿O la canción que se oye
muy baja en el cementerio
y que termina en la horrible
carcajada de un espectro?
Es el fantasma del mundo
que lo oprime con sus dedos
que son garras; y sus uñas
rojas, resplandor de incendio,
están hechas con la sangre
cuajada de miles muertos.
Mayo, 1943
El ramo de rosas
Yo tuve un ramo de rosas,
¡un ramo de rosas blancas!
sus pétalos ilusiones,
y sus hojas esperanzas.
El tiempo todo marchita,
hiere o mata;
lentamente, tristemente,
murieron mis rosas blancas.
Murieron como muere el sol
en la tarde pálida;
como mueren las estrellas
en la alborada.
Hoja a hoja
murieron mis rosas blancas,
y hoy son cadenas obscuras
que me oprimen la garganta.
Pensar que cadenas negras
fueron en mi dulce infancia,
algo que oprimí en mi pecho:
¡un ramo de rosas blancas!
Junio, 1943
Cambios permanencias (1978)
Logos
De todo se ha aprendido la medida.
Un poquito y no más. No demasiado.
No nada: lo medido
lo suficiente
el necesario y breve placer. La necesaria
justa alegría. No la devorante
alegría de ser, sino la tenue
alegría de estar así o de otra
manera: lo “agradable”.
El necesario
justo dolor
(la justa indignación, —no demasiada—
y una tristeza desteñida
—chirle—
para que se humedezca
(sin empapar, ¡cuidado!)
la trama de los días.
CAMBIOS
Unas veces el cambio se prepara
en forma subterránea pero estalla
de modo brusco, abierto:
nova en el cielo
inundación de luz en plena noche
lengua de fuego
asoma sorpresivamente en la mirada
del otro, vuelto Otro, vuelto ajeno.
Otros cambios se gestan
imperceptiblemente.
De una oscura manera
de un modo
silencioso
lo que no estaba está y lo que estaba
es destruido.
Pero tan gradualmente
que siempre quedan restos:
de la mirada, alguna
chispa
alguna vez.
De la voz, algún eco
(Palabra no enfriada
todavía.)
OPACIDAD
El ojo indiferente decolora
enfría y empareja.
Todo es igual para miradas neutras
una cosa entre otras
un rostro entre los otros
un gesto entre otros gestos.
Por encima palabras y palabras
como una lluvia sorda.
Y nada sobresale: mar parejo
horizonte cerrado.
Sombra.
Vacío mar del tiempo.
Una hora se mira en otras horas
y todas son iguales.
El ojo las contempla ya sin verlas
y ya no es más mirada.
Es ojo seco. Piedra.
Dureza fría. Cosa.
Dos voces (1981)
Conjuntos
La primera lección de lo que nos rodea
es sobre grupos. Vuelan las hojas en el viento
y resuena otra vez la voz de Glauco: «como
la generación de las hojas…»
Se amontonan las piedras, las nubes, todo vuela
sobre la tierra en vuelo
acompañado de otros. Nada suelto.
¿Dónde está la flor única? Doblan
sus cabecitas bajo el viento, juntas.
Atraviesa la flecha viva el cielo
no un par de alas.
Sólo a veces
sólo de a ratos el objeto único
parece existir sólo, intermitentemente
y vuelve al remolino, junto a otros.
Y entonces ¿para qué esta diferencia
entre uno y otro?
Sopla el viento
una nube se abre en dos pequeñas.
¿Son una o dos? Se cansa la mirada
y los ojos regresan a otros ojos
el sonido a su cuerda
la palabra al silencio.
El colmo de lo extraño:
que rodeado de objetos, casas, mundo, galaxias
y cientos de millones de personas
este ser sea tan
extraordinariamente importante
que dice: “Yo” y él sólo es eso y nadie más.
Más nadie.
Prometeo (De un cuento de Kafka)
Hay otras posibilidades sobre Prometeo
que los griegos no vieron:
el olvido, el cansancio.
A través de los siglos la traición fue olvidada.
Se olvidaron los dioses, se olvidaron las águilas.
El propio Prometeo, después de tanto tiempo
de su horrible castigo ha olvidado la causa.
Y también el cansancio:
se cansaron los dioses, se cansaron las águilas.
La herida, finalmente, se cerró de cansancio.
Sólo quedó el peñasco inexplicable
frente al violento mar
inexplicado.
I Composiciones
Unas cosas se hacen de otras.
—El portafolio está hecho de cuero—
De sonido y sentido, el lenguaje.
Y de muchas sustancias
el mirar, el silencio.
Superficies (1990)
Ocurre
Muerde la boca la fruta.
Los ojos devoran lo que los rodea –masticar silencioso–
El pasar y pasar por los mismos lugares los va absorbiendo…
Después se está como desparramado: por todos los lados, tú mismo acechas y al dar vuelta la esquina ya no te encuentras
con una casa, sino con su recuerdo.
Breve sol (2001)
Fractales
Hay fórmulas matemáticas
detrás de estos dibujos asombrosos:
en cada trozo, vuelve a repetirse
el dibujo total. Cada fragmento
es idéntico al todo.
¿Qué quiere decir esto? Nada.
Nada más que lo que el dibujo muestra:
la posibilidad de un infinito
diferente de otros.
Cada dibujo es otra nueva fórmula
desplegándose. Nada
dice. Se muestra.
(Si te provoca extrema alegría es cosa tuya
o si un helado espanto te recorre)
Ciudad de casas bajas
Las calles desembocan
fácilmente en el cielo.
Detrás de las palmeras de la plaza
se pone el sol: el rojo
se ensombrece en violeta
allí, muy cerca.
Y encima de las casas, nubes
–a veces largas franjas–
–o las algodonosas, con los bordes brillantes.
–Todo allí mismo, tocando techos bajos.
Hay esquinas donde la luz demora
y se prende a un balcón y lo suelta sin ganas.
El cielo toca todo
y entra por todos lados.
¿Qué haremos con tanto
azul, tan cerca?
Circe Maia (Montevideo, Uruguay, 1932).
Es una destacada poetisa, traductora y escritora uruguaya. Su primer libro, Plumitas, fue publicado a la temprana edad de 12 años, marcando así el comienzo de una prolífica carrera literaria. Cursó estudios de filosofía, lo que ha influenciado su forma de ver la poesía y otros temas recurrentes en sus versos como el tiempo, la muerte o el amor. Además, Maia se destaca como traductora, habiendo llevado al español textos de autores como William Shakespeare o Konstantino Kavafis.
Recientemente, en 2023, Circe Maia fue galardonada con el Premio Internacional García Lorca, reconocimiento que destaca su habilidad para convertir la poesía en un método de conocimiento de la realidad, empleando un lenguaje transparente y exacto. Este premio la sitúa en la distinguida lista de autores como Ángel González, Ida Vitale, José Emilio Pacheco, Yolanda Pantin y Raúl Zurita.
Cuéntanos en los comentarios qué te parecieron estos poemas de Circe Maia.
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